¿Qué es un bidet o bidé?

¿Qué es un bidet o bidé?

Un bidet -o bidé- es un dispositivo que permite limpiar tus partes íntimas con agua después de ir al baño. Mejora la higiene, reduce el uso de papel higiénico y es una opción cada vez más valorada por razones económicas, de salud y sostenibilidad.

¿Por qué es importante replantearse el uso del papel higiénico?

El papel higiénico es un hábito profundamente instalado, pero no necesariamente el más higiénico -lo que es bastante irónico por su nombre- ni el más sustentable. Aquí te vamos a explicar qué es un bidet, por qué es una mejor alternativa, y cómo puede mejorar tanto tu bolsillo, tu salud y tu impacto ambiental.

¿Qué es un bidet y cómo funciona?

Un bidet es un accesorio de baño diseñado para lavar con agua la zona anal y genital después de ir al baño. A diferencia del papel higiénico, que solo remueve residuos de forma superficial, el bidet limpia con mayor profundidad y sin fricción.

Dependiendo del tipo, puede presentarse como una estructura independiente -como el bidet antiguo de la casa de la abuela-, un asiento electrónico con funciones avanzadas, o un accesorio que se instala directamente en el WC, como lo hacen productos como Culify. Este último tipo se ha popularizado mucho por su facilidad de instalación y bajo costo.

En pocas palabras: el bidet es una herramienta que reemplaza la fricción por limpieza real usando el recurso más lógico y natural de todos: el agua.

Beneficios para la salud

Menos irritación, más alivio

El papel higiénico puede causar irritación, especialmente en personas con piel sensible, fisuras anales, hemorroides o enfermedades inflamatorias. El agua, en cambio, limpia sin agredir, reduciendo el riesgo de inflamaciones, molestias o infecciones.

Apoyo para personas con movilidad reducida

Para personas mayores, embarazadas o con dificultades de movimiento, usar un bidet facilita la higiene sin necesidad de hacer maniobras incómodas. Es una solución más digna, más segura y más cómoda.

Cuidado postparto y ginecológico

En el caso de las mujeres, el bidet es especialmente útil durante el embarazo, después del parto o durante la menstruación. El agua permite una limpieza suave y efectiva sin recurrir a productos desechables o jabones agresivos.

Menos contacto con bacterias

Estudios recientes han demostrado que el papel higiénico no elimina completamente las bacterias fecales y puede incluso contribuir a su dispersión. Por ejemplo, una investigación publicada en 2022 por la Universidad de Harvard evidenció que los usuarios de bidet tenían una reducción de bacterias en las manos casi diez veces mayor en comparación con quienes usaban papel higiénico (Washington Post, 2023).

Asimismo, la gastroenteróloga Trisha Pasricha, de la Facultad de Medicina de Harvard, recomienda el uso del bidet para personas con afecciones como hemorroides o fisuras anales, dado que el agua es más suave y efectiva para la limpieza (Infobae, 2023).

Sostenibilidad y ecología

Reducción del uso de papel higiénico

Según datos de Euromonitor y medios nacionales, el consumo de papel higiénico en Chile ha aumentado más de un 20% en los últimos años, llegando a cerca de 10 kg por persona al año. Esto posiciona al país entre los mayores consumidores de papel tissue en Latinoamérica. La producción de ese volumen implica una enorme presión sobre los recursos naturales: árboles, agua y energía. Usar un bidet puede reducir el consumo de papel higiénico en hasta un 80%, con un impacto ambiental positivo inmediato.

Menos residuos y menos cañerías tapadas

El exceso de papel higiénico no solo genera toneladas de residuos anuales, sino que también contribuye a obstrucciones en sistemas de alcantarillado, especialmente en hogares con instalaciones más antiguas. Al reducir el uso de papel, el bidet ayuda a evitar estos problemas domésticos y medioambientales.

Ahorro real de agua

Aunque pueda parecer lo contrario, usar un bidet es más eficiente en consumo de agua. Mientras que la producción de una sola hoja de papel higiénico puede requerir entre 5 y 10 litros de agua, un bidet como Culify consume aproximadamente 500 cc por uso. Es decir, limpias mejor usando menos recursos.

¿Qué tiene que ver Culify con todo esto?

El bidet ha existido desde hace siglos, pero en muchos países —como Chile— desapareció de los hogares por razones culturales, de espacio o desconocimiento -sin mencionar todo el marketing que ha hecho la industria del papel autodenominándose como lo más suave y lo más higiénico-. Hoy está volviendo con fuerza gracias a soluciones modernas como Culify, un bidet autoinstalable que se conecta fácilmente al WC sin herramientas, sin obras, y que se instala en solo 10 minutos.

Culify es parte de una nueva generación de productos que buscan democratizar el acceso al agua en el baño, con foco en la salud, la higiene y la ecología. A diferencia de los bidets tradicionales, no necesitas cambiar la estructura de tu baño ni gastar una fortuna: puedes tener un bidet moderno, compatible con el 99% de los baños, en cuestión de minutos.

Y como extra: productos como Culify no requieren electricidad ni presurizadores, y funcionan con la misma agua potable con la que te lavas las manos o te cepillas los dientes.

Entonces, ¿vale la pena usar un bidet?

Sí, y cada vez más personas están descubriendo por qué. El bidet no es solo una herramienta del pasado: es una solución moderna, lógica, saludable y sostenible.

En un mundo donde buscamos mejores hábitos, más conciencia ambiental y soluciones que realmente mejoren nuestra calidad de vida, el bidet cumple con todo eso… y más.

Si aún no lo has probado, probablemente sea solo porque nadie te lo explicó bien. Ahora que sabes lo que es, cómo funciona y lo que puede hacer por ti y por el planeta, la decisión está en tus manos. O mejor dicho: en tu WC.

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