¿El papel higiénico puede producir cáncer?

¿El papel higiénico puede producir cáncer?

En 2023, un estudio de la Universidad de Florida, E.E.U.U., puso el tema sobre la mesa: muchos papeles higiénicos contienen sustancias químicas conocidas como “químicos eternos” o PFAS, y algunos de ellos han sido vinculados a problemas graves de salud, incluyendo cáncer, infertilidad y alteraciones hormonales.

Pero, ¿qué tan real es este riesgo? ¿Está presente en el papel que usamos en Chile? ¿Y qué tiene que ver esto con usar bidet? Vamos por parte.

¿Qué son los PFAS?

Los PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas) son compuestos sintéticos que se usan en una variedad enorme de productos: desde sartenes antiadherentes hasta ropa impermeable, cosméticos, envases de comida rápida... y, según el estudio, también en el papel higiénico.

El problema con estas sustancias es que no se degradan fácilmente y se acumulan en el cuerpo y en el ambiente. Por eso se les llama “químicos eternos”. Algunos de ellos, como el PFOA, han sido clasificados como potencialmente cancerígenos.

¿Qué encontró el estudio?

El equipo de científicos analizó muestras de papel higiénico de varias regiones del mundo, incluyendo América, Europa y África. Encontraron una sustancia llamada diPAP, que puede transformarse en compuestos más peligrosos como el PFOA.

También compararon estos resultados con el contenido de PFAS en aguas residuales. En Estados Unidos y Canadá, el papel higiénico sería responsable de un 4% de los contaminantes tipo PFAS. Pero en países europeos como Suecia y Francia, ese porcentaje sube a 35% y 89% respectivamente.

Conclusión del estudio: el papel higiénico es una de las fuentes de ingreso de PFAS al ambiente... y al cuerpo humano.

¿Y en Chile? ¿Nuestro papel tiene PFAS?

No hay estudios chilenos que analicen el contenido de PFAS en papel higiénico local. Sin embargo:

  • La mayoría del papel higiénico en Chile es fabricado por empresas nacionales.

  • También hay papel importado, especialmente de Brasil, China y Perú, que suele venderse como marca blanca o en formatos económicos.

  • Ningún fabricante chileno ha declarado públicamente si sus papeles contienen o no PFAS.

Por lo tanto, la verdad es que no lo sabemos con certeza. Y hasta que exista un estudio independiente hecho en Chile, el riesgo —aunque sea bajo— no puede descartarse del todo.

¿La industria lo niega?

Sí. Ante el estudio de la Universidad de Florida, la American Forest & Paper Association (AF&PA) —que representa a fabricantes en EE.UU.— respondió que los PFAS “no se usan en la fabricación de papel higiénico en Estados Unidos”.

Pero el estudio detectó PFAS en las muestras igual, y de hecho esos niveles eran consistentes con los encontrados en el ambiente. Es decir, aunque no se agreguen directamente en el proceso de producción, pueden estar presentes igual a través del reciclaje de papel o la contaminación cruzada.

Entonces, ¿quién dice la verdad? No lo sabemos, pero sí sabemos esto: los PFAS están en muchas partes, incluso donde no deberían.

¿Qué tiene que ver el bidet con esto?

Todo. Porque el bidet reduce hasta en un 80% el uso de papel higiénico, lo que disminuye tu exposición potencial a químicos innecesarios, al mismo tiempo que mejoras tu higiene y reduces tu huella ambiental.

Además, no hay PFAS en el agua de la red potable en Chile, por lo tanto, lavarte con agua es más seguro que limpiarte con un producto que no sabes qué contiene.

¿Entonces hay que dejar el papel para siempre?

No. Pero quizás es momento de relegarlo a un rol secundario. Usar un poco para secarte después de usar bidet está bien (aunque recomendamos mejor una toalla pequeña), pero seguir dependiendo exclusivamente del papel... ya no tiene sentido.

Porque si hay una posibilidad, aunque sea mínima, de que el papel higiénico contamine tu cuerpo, ¿no vale la pena cambiarse al agua?

Tu poto se merece algo mejor.

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