
¿Qué son los bidets y para qué sirven?
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El bidet es una herramienta de higiene que permite lavarse con agua después de usar el baño, logrando una limpieza más efectiva que el papel higiénico. Aunque su uso es común en muchos países, en lugares como Chile todavía hay muchas dudas sobre su utilidad real. Vamos a contarte por qué el bidet está retomando protagonismo: qué es, para qué sirve y qué beneficios concretos ofrece en salud, tu billetera, comodidad e higiene.
El agua como aliada de la higiene
El propósito principal del bidet es simple: limpiar. Mientras el papel esparce, el bidet utiliza un chorro de agua para realizar una limpiar de verdad.
Una investigación japonesa realizada con estudiantes de enfermería midió la cantidad de bacterias presentes en las manos después de ir al baño, comparando el uso de papel higiénico versus el uso de bidet. El resultado fue claro: quienes usaron bidet tenían hasta 10 veces menos bacterias en las manos que quienes solo usaron papel. Esto demuestra que el agua no solo limpia mejor la zona íntima, sino que también reduce el riesgo de contaminación de las manos después de ir al baño.
El bidet no solo te limpia, te hace sentir limpio
Uno de nuestros usuarios escribió:
“¡Me encantó! Funciona súper bien, tiene una pasada precisa y deja limpio sin irritar.”
Este tipo de experiencia no es aislada: cada vez más personas que prueban un bidet afirman sentirse realmente limpias por primera vez.
Una herramienta para el cuidado de la salud
El bidet es especialmente útil para quienes sufren de fisuras anales, hemorroides, o enfermedades inflamatorias intestinales. El uso de agua disminuye la presión ejercida sobre la zona y evita el roce que puede empeorar estas condiciones.
En entornos médicos, como clínicas u hospitales japoneses, se ha promovido el uso del bidet en el postoperatorio de cirugías anorrectales por su capacidad para reducir molestias y facilitar una higiene más segura.
También es ideal para el cuidado postparto o durante el embarazo, cuando la sensibilidad aumenta y la higiene debe ser más cuidadosa. La limpieza con agua permite una rutina más suave, sin necesidad de químicos o jabones agresivos.
Un cambio que también impacta tu bolsillo
Una familia de 4 personas puede llegar a gastar casi 300.000 pesos al año en papel. ¿Dime si no le darías otro uso a esas lucas si ya no tuvieras que gastarlas para tirarlas, literalmente, al water?
Usar un bidet puede reducir ese consumo en hasta un 80%, lo que significa menos gasto mensual y menos dependencia de un producto desechable.
Tal como compartió un cliente de Culify:
“Muy buen producto, desde la primera semana se nota el ahorro en papel.”
Además, el bidet no solo reduce el gasto en papel: también ayuda a evitar atascos en las cañerías y por lo tanto, equivale a cero llamadas al gásfiter para destapar el WC y dejar de comprar soda cáustica y otros químicos.
Cómo se usa un bidet: consejos prácticos
Usar un bidet no es complicado, pero es importante tomarse el tiempo para aprender. Aquí algunos consejos básicos:
- Posición correcta: asegúrate de estar cómodo y bien alineado para que el chorro de agua apunte a la zona correcta.
- Ajuste del chorro: comienza con un flujo suave y regula la presión según tu comodidad.
- Tiempo de limpieza: entre 15 y 30 segundos es suficiente para una limpieza efectiva.
- Secado: muchas personas simplemente esperan unos segundos o utilizan una toalla personal reutilizable. No es necesario volver al papel si no lo deseas.
- Frecuencia: úsalo después de cada visita al baño, pero también puede ser útil en otras ocasiones, como después de actividad física o durante la menstruación.
Testimonios reales, resultados reales
Muchos usuarios nuevos sienten un antes y un después después de instalar un bidet. No se trata solo de comodidad: es una transformación en cómo entendemos el baño como espacio de higiene real.
“Muy práctico, fácil de instalar y la verdad es que uno no vuelve atrás después de probarlo.”
“Primer bidet que uso. El agua fría no es problema, y la limpieza es total.”
Una solución accesible y moderna
Hasta hace poco, los bidets eran percibidos como artículos de lujo o antigüedades. Hoy, opciones modernas como Culify han democratizado su acceso. En 10 minutos tu bidet queda instalado y no volverás al áspero pasado de usar papel. Y lo mejor, sin instalaciones complejas ni peligro de electrocutarse, porque no usa electricidad.
¿Vale la pena usar un bidet?
Sí. Usar un bidet es una de esas decisiones simples que tienen un impacto desproporcionadamente positivo. Mejora tu higiene, cuida tu salud, reduce tu gasto mensual y disminuye tu huella ambiental. Y lo hace todos los días, varias veces al día.